¡Adiós, procrastinación! El fin de año se acerca, y con él llega la temporada de resoluciones. Todos hemos estado allí, esperando hasta el último minuto para prometernos que este año será el año en que finalmente vamos al gym o aprendemos cómo cocinar. Pero, ¿por qué esperar hasta el último minuto del 31 de diciembre para hacer nuestras promesas anuales? Aquí te presentamos algunas razones para romper con la tradición y comenzar tus resoluciones desde ahora mismo.
Primero que todo, ¿quién dijo que las resoluciones deben esperar al Año Nuevo como si fueran fuegos artificiales? No es como si un reloj mágico estuviera esperando para otorgarte superpoderes a la medianoche. ¡Hazte un favor y deshazte de esa mentalidad! En lugar de esperar al último día del año, comienza ahora. Al fin de cuentas, ¿por qué posponer la oportunidad de mejorar?
Con los ojos en el futuro.
Uno de los problemas más grandes de esperar hasta el final del año para hacer resoluciones es que nos enfrentamos a una competencia feroz con nosotros mismos. Las expectativas se acumulan, y de repente nos encontramos tratando de hacer malabares. No es sorprendente que la mayoría de nosotros terminemos abandonando nuestras resoluciones antes de febrero. Así que, ¿por qué no evitar la locura de la resolución de año nuevo y empezar cuando la competencia no es tan feroz?
Ahora, ¿cómo comenzar con el pie derecho y sin tropezar con las uvas de la suerte? Aquí van algunos consejos para comenzar tus resoluciones antes de que la bola de cristal caiga:
Define metas realistas: Olvídate de la idea de convertirte en un superhéroe de la noche a la mañana. En su lugar, establece metas alcanzables. Explorar diferentes tipos de las rutinas del ejercicio en casa es un buen comienzo; ya hablaremos sobre realmente ir al gimnasio el próximo año.
Encuentra un compañero de resoluciones: Hacer resoluciones sólo puede ser solitario y, a veces, aburrido. Busca a alguien que comparta tus objetivos y trabajen juntos para motivarse mutuamente. Incluso si uno de ustedes cae, el otro estará allí para levantarlo, o al menos para reírse juntos de la situación.
Celebra los pequeños logros: No te castigues por no cumplir todas tus resoluciones de inmediato. Celebra cada pequeño logro en el camino hacia tu objetivo final. ¿Lograste cocinar una sopa maruchan envés de una pasta elaborada? ¡Eso también cuenta!
Hazlo divertido: No te tomes tan en serio. La vida ya tiene suficiente drama, así que diviértete con tus resoluciones. Aprender a cocinar un nuevo platillo puede ser más divertido si lo haces con una sonrisa en lugar de una mirada de concentración extrema.
Dejar las resoluciones para el último día del año es como esperar a que tus zapatos se aten solos. No va a suceder mágicamente. Así que, adelante, rompe con la tradición y comienza ahora. ¿Por qué esperar hasta la medianoche para convertirte en una versión mejor de ti mismo cuando puedes empezar hoy mismo? ¡Que comiencen las resoluciones!