La naturaleza no tiene que ser algo aburrido o temeroso, especialmente para los niños. Sus mentes curiosas y su imaginación pueden hacer que sea una experiencia no solamente inolvidable sino el principio de una conexión que les hará enriquecer y apreciar nuestro medio ambiente en todos sus aspectos.
Para pasarlo bien, no hay que ir muy lejos de casa. Una reserva natural (Gypsum Ponds), un sendero cerca del río (Edwards Preserve) o un paseo cerca de la montaña (Meadow Mountain) pueden ser increíbles experiencias.
Algo importante es que los niños sientan que son parte de ese evento. Hacer que preparen ellos mismos su almuerzo, su bebida y su mochila. Ponerse su de sol favorita. Ayudarles a sentir que va a ser un día lleno de emoción, es parte de la aventura.
Una vez llegan al destino pueden buscar flores de diferentes colores y luego dibujarlas en un papel. Escuchar los cantos de los pájaros y buscarlos para ver si los encuentran. Hacer juntos un juego. Estirarse en el pasto a comer el almuerzo y compartir la parte favorita del día. Hacer fotos para hacer memorias.
Y dejar todo como lo encontraron cuando llegaron para que más gente pueda disfrutar al igual.
Y esperemos que esa noche los niños/as sueñen con volver a pasarlo genial en la naturaleza con la familia.