Es natural empezar a sentir como el verano va lentamente dando paso al otoño: las mañanas son más frías, los árboles y sus hojas empiezan a cambiar de color y la noche llega antes. A veces tenemos la suerte de tener lo que se llama el “veranillo de San Miguel”(un periodo de calor veraniego inusual ya entrado el otoño) donde disfrutamos de esos últimos rayos de sol y calor. Y sentimos que el otoño no va a llegar nunca.
Una de las fechas indicativas de cambio es el equinoccio de otoño el 22 de septiembre, cuándo el día y la noche tienen la misma duración.
Nuestro cuerpo y reloj biológico también notan y empiezan a adaptarse a estos cambios. Tal vez empezamos a notar que queremos descansar o estar más en casa que afuera. O preferimos tomar cosas calientes a frías. Y cambiamos nuestro vestuario para adaptarnos a las nuevas temperaturas.
Ante estos cambios, aquí tenemos algunas ideas que idealmente nos pueden ayudar a sentir mejor:
- Aprovechar la luz natural del día para hacer actividades al aire libre. ¡El sol es fuente de Vitamina D!
- Estar bien hidratados, nuestra piel nos lo agradecerá, especialmente en climas muy secos (como en Colorado).
- Hacer actividades que nos hagan sentir bien, hacer estiramientos y ejercicio físico.
- Comer verduras y fruta de temporada.
- Descansar bien en las noches para poder tener buena energía en el día.